Extracto de El Maestro Psicodelico
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En algún momento me di cuenta de que perdía una parte de mi vida, incluso cuando anotaba todos mis sueños, ya que no sabía qué hacer con ellos. Entonces, leí con atención la obra de C. G. Jung. Desde ese momento aprendí a interpretar ciertos símbolos sin aún llegar realmente a servirme de ellos activamente y a comprender el mensaje. A pesar de todo, esta nueva percepción de la realidad me inspiró a reducir la frecuencia de mis experiencias psicodélicas para concentrarme en mis sueños. El libro Being-in-Dreaming de Florinda Donner me aclaró mucho acerca del sujeto. De hecho, ella no recibió su iniciación con psicodélicos, como en el caso de Carlos Castaneda, sino más bien con la ayuda de brujas soñadoras que la llevaron a una aventura en la cual ellas le mostraron hasta qué punto el límite entre el mundo de los sueños y aquel de la vigilia es borroso y casi inexistente. Ella desarrolló de esa forma sus poderes, sin la ayuda de psicodélicos. Aquello tuvo un fuerte impacto en mis ideas acerca de los psicodélicos, ya que me di cuenta entonces, que su utilización me había hecho tomar conciencia de la importancia de los sueños como espacio de aparición privilegiada, netamente más puro y relajado que la experiencia psicodélica, más verdadero que el estado de vigilia. En ese momento dejé de ver el dedo que apunta el sol para concentrarme en el sol.
En esa época encontré Creative Dreaming de Patricia L. Garfield, en unos estantes empolvados de una tienda de segunda mano. Esta obra me enseñó a utilizar los sueños para mejorar mi vida cotidiana y eliminar varios obstáculos. Entre otros, aprendí que los Senoi son soñadores de gran sabiduría, ya que son cazadores y recolectores indígenas de Malasia, conocidos por su extensivo uso de los sueños lúcidos con el fin de asegurar su felicidad y salud mental. Ser un soñador no connota para ellos un sentido peyorativo como lo es en el caso de los occidentales. Por el contrario, esta palabra expresa la capacidad de interactuar con los sueños, saber como comportarse, compartirlos con la tribu, en suma, a utilizarlos para el bien de la comunidad. Después de la reunión cotidiana que tiene por objeto intercambiar y compartir los sueños de la noche anterior, la junta de sabios de la tribu toma sus decisiones basadas en los mensajes y significados que contienen, para orientar las actividades de la jornada. Para ellos, el soñador está consciente de la importancia de sus visiones nocturnas y del impacto benéfico que pueden tener en su vida diaria cuando se sabe cómo utilizarlos. Así, el arte de soñar, que es transmitido de generación en generación, ha contribuido a hacer de los Senoi una comunidad pacífica, feliz y libre. Por ejemplo, cuando encuentran un enemigo en el sueño, sus tradiciones les sugieren de matarlo y de solicitarle un regalo de poder. Yo realicé ese tipo de experiencia en varias ocasiones y fue asombroso.
El libro de Garfield también aborda las técnicas de sueños de los tibetanos que logran meditar de forma consciente en sus sueños. Aquello me intrigó demasiado y me dirigí de nuevo hacia el oriente. Encontré la respuesta en el libro de Tenzin Wangyal Rinpoche, The Tibetan Yogas of Dream and Sleep, en el cual el autor presenta una técnica de meditación en el sueño. Obtuve resultados fulminantes: tuve varias experiencias de luz blanca y comprendí al fin que los sueños son una forma de preparación para el proceso de la muerte… y de la vida. Al soñar conscientemente yo aumento mis posibilidades de formarme un centro de gravedad permanente y así mantenerme voluntariamente consciente durante el proceso de la muerte. El despertar en la mañana olvidando lo que se soñó es olvidar nuestra naturaleza divina. En breve, un individuo debe soñar de manera voluntariamente consciente si quiere ser inmortal.
Es benéfico saber utilizar nuestros sueños para aclarar nuestra vida cotidiana. Recientemente descubrí la técnica del Maestro Soñador creada por el Dr. Richard Corriere y el Dr. Joseph Hart. Su libro, The Dream Makers, proporciona un método que deja de lado la interpretación tradicional de los sueños, a favor de una práctica pragmática que se concentra en el rol, la expresión, los sentimientos y la claridad del soñador. De hecho, ellos llegaron a concluir que la interpretación de los sueños es un proceso interminable que siempre lleva a una interpretación más. De esa forma, han desarrollado una técnica que permite hacer trabajar los sueños en su favor y a yuxtaponerlos con el estado de vigilia. Esta técnica favorece la aparición de sueños de atravesamiento (breakthrough dreams), que yuxtaponen la vida cotidiana a la vida onírica hasta el punto en el que ya no existe ninguna diferencia entre ambos estados, que se chocan y desencadenan un estado de claridad fulgurante, puesto que el sueño se despoja de sus símbolos para volverse límpido, inteligible y directo. Ya no hay necesidad de interpretación puesto que uno recibe más bien una proposición de acción o de vivencia. Si yo noto que mi rol es muy pasivo, puedo aumentar mi rol en mi vida de vigilia, al igual que para mi expresión, mis sentimientos y mi claridad. Yo pude constatar la eficacia de esta práctica de sueños. Mis sueños tienen, a partir de ahora, una trama fina yuxtapuesta a mi vida cotidiana: al estar atento, he podido resolver muchas situaciones a las cuales no había encontrado ninguna solución racional. Es de ese modo que encontré una compañera amorosa, ya que el día anterior a nuestro encuentro tuve el siguiente sueño: estoy en mi cocina y pienso en la nueva mujer que quisiera conocer. Mi ex novia, que se encontraba ahí, al captar mi pensamiento me dice: “yo te puedo pagar una puta, sin importar cuánto cobre”. Yo me puse de pie y le respondí que lo que yo esperaba de ella es que me presente una mujer que podría ser también su amiga. Después, la dejé allí y me senté de nuevo. Supe intuitivamente que se trataba de un sueño de atravesamiento, porque, de hecho, este encuentro nocturno fue muy real. Entonces luego le hice saber de mi sueño a mi ex novia, con quien salía en ese momento, y le expliqué que ella estaba bloqueando psíquicamente el acceso a mi nueva novia. En ese momento ella me predijo que en las próximas 24 horas yo iba a encontrar a mi nueva novia, y en efecto, la encontré.
He ahí un ejemplo práctico en el cual un sueño me indicó claramente cómo proceder, qué decir, qué pensar acerca de una situación. Mi sueño me indicó el camino a seguir para salir de este embrollo. Debido a que pude ver con claridad, pasé al acto sin dudar, operando el milagro sin concesión. Por otra parte, es así que los Senoi consideran a sus sueños, es por eso que son atentos, discuten entre ellos y los siguen de cerca de manera concreta durante la jornada.
La psique posee su propia agenda, es objetiva y libre de las peripecias de la vida mundana. Sin embargo, interviene intuitivamente para informar al ego si no está atento o si no va en el sentido de la armonía. Mientras menos la persona pone atención en sus vivencias y en sus intuiciones, más sus sueños van a volverse agresivos y la van a sacudir. El tener pesadillas indica una falta de comunicación entre la vida nocturna y diurna, entre la persona y su ser. En consecuencia, sería benéfico que se nos enseñe desde la infancia a hacer trabajar nuestros sueños para nosotros mismos, en lugar de olvidarlos y relegarlos al dominio de puras fantasías. Si el hacerse llamar soñador es algo peyorativo en nuestra sociedad, aquello dice mucho sobre nuestra concepción de los sueños. Sin embargo, es innegable que aquellos que se levantan temprano en las mañanas, asistidos por una violenta alarma, pierden lo mejor de su vida, puesto que es en las mañanas que nosotros tenemos los sueños más reveladores, en las cuales estamos mejor dispuestos a estar conscientes y a recordarlos. Por el contrario, el levantarse artificialmente para ir a trabajar es como cultivar árboles de frutos en toda una estación, y después, en el momento en que están maduros, enfocar nuestra atención a otras tareas y así perder la cosecha. Es absurdo pero es de esa forma que viven los humanos que se hacen llamar evolucionados. Aturdidos por el mundo exterior se olvidan de lo mejor de sí mismos, lo cual es como una especie de suicidio. Soñar es un arte que debemos dominar nuevamente si queremos vivir más armoniosamente nuestra vida. Los psicodélicos han tenido ese efecto benéfico al recordarme esta verdad fundamental, y sin embargo omnipresente en la prehistoria y aún hoy en día, en los pueblos a los cuales se llama equívocamente primitivos.
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Extracto de El Maestro Psicodelico