Leer la primera parte de este artículo
… el ácido no está diseñado para todos los cerebros… solamente aquellas personas que son saludables, felices, enteras, bellas, que poseen una gran velocidad mental, que son llenas de esperanza y de humor, deberían perseguir tales experiencias. Este elitismo es totalmente autodeterminado. A menos de que usted tenga confianza en sí mismo, sea autodirigido, autoseleccionado, por favor, absténganse de probarlo. – Timothy Leary
La Comunidad Psicodélica es una familia privada y selectiva. Al ser trabajadores de lo invisible, sus miembros no necesitan estar delante de la escena para hacer su trabajo. Solamente una fracción de la población tiene las aptitudes para trabajar con herramientas tan poderosas como los enteógenos. En el contexto tradicional de las tribus indígenas, son sobretodo los chamanes y los brujos quienes los utilizan. Ellos obtienen el conocimiento de una larga línea de profesores y se sirven de sus visiones para sanar o guiar a la tribu.
Mi afán no es el de convencer a nadie, sino de asegurarme que aquellos que reciben el llamado, puedan encontrar a alguien con quien hablar y que la información pertinente esté disponible. Mi tarea puede parecer marginal, pero no por eso es menos pertinente en una sociedad que se despierta a la conciencia y a la espiritualidad. Los psicodélicos encierran muchas respuestas a nuestras preguntas existenciales y metafísicas y es bueno que algunos tomen este camino hacia el despertar. Gurdjieff, dirigiéndose a Ouspensky, en su libro Fragmentos de una Enseñanza Desconocida, precisaba: “Algunas escuelas se sirven de narcóticos en buena forma. Sus estudiantes los toman para estudiarse a sí mismos, para conocerse mejor, para explorar sus posibilidades y discernir con antelación lo que podrán alcanzar efectivamente, al final de un trabajo prolongado. Cuando una persona ha podido palpar de ese modo la realidad, de lo que aprendió en teoría, entonces se sabe hacia donde uno va. Para persuadirse de la verdadera existencia de las posibilidades que la persona sospecha, a menudo en sí misma, es en ocasiones la vía más fácil”.
Sin embargo, aún hoy en día, algunos se conceden el privilegio de impedir a los otros de tener acceso a la experiencia psicodélica. Sin importar el medio que yo utilizo para despertarme, mi conciencia me pertenece. Yo no dejaré que nadie la programe a mis espaldas… sobretodo si tratan de impedirme reprogramarla por mí mismo. Aquellos que se oponen de la forma más violenta a la utilización de psicodélicos, generalmente no saben programarse inteligentemente a sí mismos. Son prisioneros de la programación impuesta por la moral, las instituciones, la familia, la sociedad, los medios públicos, etc.
Siendo soberano de mi propio ser, yo soy mi propio creador, mi autoprogramador y aquello provoca un shock a los objetores de conciencia. Cuando uno es libre, uno no se desvía de su propio camino, uno deja a los otros asumir el suyo. Cuando uno está en la verdad, aquellos que tratan de bloquearnos el camino pueden tener malas sorpresas. Como una familia ancestral, nosotros hemos vivido en todas las épocas. Este planeta es de todos y debemos vivir en armonía. Si muchos abusan de las drogas aprobadas socialmente – alcohol, tabaco, medicamentos, televisión, etc. – que el aparato manipulador plutocrático favorece para mantenerlos tranquilos, estas drogas les causan muchos problemas y suscitan un sinnúmero de muertes ya que no son favorables ni para la armonía ni tampoco para la sabiduría.
Yo deseo vivir en una comunidad en la cual sea normal poner atención a nuestros sueños, compartirlos, hablar de ellos. Deseo vivir en una comunidad que conoce el sentido de lo sagrado, en donde uno es Dios sin inhibiciones, donde es posible recibir el apoyo y la comprensión cuando lo divino se expresa en uno mismo. Quiero vivir en una comunidad en donde puedo ser considerado como un individuo. Nuestra sociedad es demasiado vasta y yo no soy más que un número aislado entre una masa de adormecidos, mientras deseo vivir en una comunidad en la cual la inteligencia creadora y el genio sean favorecidos, apoyados, apreciados y mantenidos.
La presencia de personas intuitivas y creativas es vital para el desarrollo de la humanidad. Aquello indispone a los políticos y a la iglesia, que quieren aconsejarnos acerca de la vida espiritual, la educación, y la salud mental, mientras que solo nos basta con algunas experiencias psicodélicas exitosas para poder experimentar la divinidad. Aquello fue evidente en los años sesenta, cuando los hippies se sublevaban contra la guerra para enfocarse en el sexo, la droga y la espiritualidad. Los psicodélicos hicieron razonar en ellos una señal de alarma y una vez que abrieron los ojos, ya no los querían volver a cerrar.
Yo no soy ingenuo: yo no voto. No es votando por un partido político que yo ejerzo mi poder, ya que si votar cambiaría algo, sería ilegal. La democracia de los políticos es un timo. Comencemos entonces ahora mismo el verdadero trabajo de armonía enfocándonos en la verdad. Al no votar en las elecciones, yo afirmo la primacía de mi libertad y de mi deseo de ser mi propio amo. Si soy activo, creador de mi propia realidad, favorezco a mi comunidad al cambiarme a mí mismo y contribuyo a cambiar el mundo. Desde luego, cuando los sabios estén en el poder yo volveré a evaluar mi decisión; hasta ese entonces, yo pondré mi atención en mi comunidad. Opuestamente, los adormecidos creen equívocamente que la política y la religión pueden mantenerlos. Pero, al estar asegurados por esta figura paternal que se encarga de ellos, se comprometen a aceptar un alimento insípido y vacío; renuncian a su libertad y a la posibilidad de despertarse de esta pesadilla de tontos de una vez por todas. Si cada comunidad se esmeraría por volver felices a sus miembros, podríamos finalmente divertirnos en este planeta en lugar de sufrir. No sería necesario trabajar más de dos horas al día en lugar de ocho y el resto del tiempo sería dedicado al ocio y a la cultura.
Yo no necesito ninguna figura paternal autoritaria. ¡No gracias! Yo me creo a mí mismo, me autoprogramo, y después, me atrevo a deshacer todos los programas en un movimiento de sana locura liberadora. Mi presencia es el presagio de un gran cambio que hunde a la balsa podrida de la vieja civilización. La sociedad centralizadora se derrumba y da lugar al individualismo comunitario. ¡Volvamos a encontrar nuestra joie de vivre! ¡Vivamos en tribus, rodeados de amigos de nuestra esencia! La comunidad es la célula de base del mundo nuevo.
Yo lo exhorto a pensar por sí mismo, a crear, a investir de conciencia cada uno de sus gestos, a ser intransigente, en el verdadero sentido de la palabra, y a juntarse con aquellos que comparten sus valores, su visión, sus sueños. Y si usted cree sinceramente que los psicodélicos pueden ayudarle… sea bienvenido a nuestra bella familia: la Comunidad Psicodélica.
Extracto de El Maestro Psicodelico