Para el observador atento, es evidente que los psicodélicos tienen una relación estrecha con el desarrollo de la conciencia y de la espiritualidad en el ser humano.
Representan uno de los aspectos de nuestra simbiosis con el nivel vegetal. Es gracias al equilibrio de la biosfera que nosotros existimos sobre la tierra, y los psicodélicos nos conectan directamente con esta sabiduría vegetal. Al ser utilizados de forma inteligente y respetuosa, nos permiten comprender mejor el funcionamiento de la psiquis y plantear un alivio a los males que desolan a la humanidad. No son LA solución, sino más bien son UNA solución.
En la actualidad, reina en nuestra cultura una incomprensión fundamental de los psicodélicos, que no hace justicia a su enseñanza y a sus aspectos benéficos. Ha sido demostrado que la mayoría de los psicodélicos no conllevan virtualmente ningún riesgo de dependencia o de toxicidad fisiológica, opuestamente a otras drogas como el cigarrillo, el alcohol, la cocaína y la heroína. Aquello no implica sin embargo, que no conllevan ningún riesgo, pero el riesgo más grande es aún la ignorancia causada por la indignante propaganda negativa, divulgada por el aparato manipulador plutocrático, que se las ingenia para volver confusa la diferencia entre los psicodélicos y las drogas duras; se trata de dos familias distintas de compuestos que no tienen nada que ver el uno con el otro.
La ignorancia mantiene a los humanos en el sufrimiento y su antídoto es la Verdad. He ahí justamente el objeto de esta obra: la Verdad. Con el objeto de rehabilitar los psicodélicos, yo los pondré nuevamente dentro de un contexto justo, que permitirá una mejor apreciación de los regalos que ellos ofrecen a la humanidad. Compartiré con ustedes mis experiencias personales y mis ideas acerca de este fascinante sujeto. Este manjar de los dioses me ha ayudado a despertarme a mi verdadera naturaleza, y puede hacer lo mismo con usted.
Extracto de El Maestro Psicodelico