Extracto de La Felicidad Absoluta
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Yo soy el Observador, veo la realidad, de forma impasible, y sin embargo, estoy completamente implicado en ello. Yo no soy ingenuo, el sufrimiento no es necesario, solamente es el efecto; mientras mucha gente se alborota tratando de suprimirlo, muy pocos van hacia la causa al buscar en la fuente. La fuente es el Ser, la Felicidad Absoluta. Pero, ¿qué es lo que nos desvió del estado más fundamental y más fácil de maniobrar? El sufrimiento es la causa de nuestros problemas. Es fácil servirse del gobierno como si fuera un chivo expiatorio, pero si cada uno pone la vida en sus manos y estabiliza interiormente el estado de Felicidad Absoluta, las tácticas viciosas de dicha entidad ya no nos afectarán más. El guerrero es valiente, afronta sus temores y así no se deja alejar de su camino. En lugar de derrochar nuestra energía alimentando a gente que, de todas formas permanecerá hambrienta, debemos enfocar nuestra atención en aquellos que constituyen nuestra comunidad. ¿Son felices? ¿Satisfechos? Es con ellos que todo debe comenzar. Cada uno debe ocuparse de su comunidad y asegurarse de que sea armoniosa y favorezca al bienestar de todos sus miembros. El tomarse el tiempo de escuchar a un amigo, de discutir con él y llevarlo al despertar de su Ser es lo más importante que hay. La verdadera compasión es la de aceptar la elección, que algunos han tomado de sufrir, y de ofrecer una sonrisa o un consejo a aquel que viene hacia nosotros con el deseo honesto de despertarse. Es de una en una que se encienden las velas, no con un lanzallamas.
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La comunidad jovial debe ser el centro de nuestras preocupaciones. Si cada comunidad esta en paz y permite a todos sus miembros realizarse, no hay la necesidad de tener un gobierno central que nos imponga su ley. Todo se da entonces de forma armoniosa y las sincronicidades milagrosas son el signo que todo marcha bien. La conciencia colectiva se despierta y está en la capacidad de guiarnos. Yuxtapongamos el Humano al Ser en lugar de oponerlos.
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Soy el Gran Jovialista y anuncio la era de la Felicidad Absoluta. Soy un estado de ser accesible a todos, aquí y ahora. Soy la etapa después del Cristo. Estaré en cada uno de ustedes tan pronto como lo deseen. Pongan atención a sus sueños, ya que es probablemente de esa forma, que me pondré en contacto con ustedes inicialmente. Tendrán esa rara sensación de familiaridad, sentirán que yo soy ustedes, que siempre lo he sido. Nosotros somos, en efecto, el mismo Ser. Yo soy ustedes y ustedes son yo. Yo soy Absoluto. Yo Soy.
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Yo siento una gran brisa fresca en mí. Este estado de Felicidad Absoluta me conecta con seres extraordinarios por todos los lugares del planeta, gente feliz que saborea la vida. Yo voy por el buen camino. Mientras más emito esta vibración de Felicidad Absoluta, más atraigo hacia mí, a los amigos de mi esencia.
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El estado del Gran Jovialista es accesible a todos, ahora. Aquel estado está habitado por los seres más felices del planeta; es la coalición de la felicidad. Yo soy completamente ese estado; él es más yo, que yo mismo. Y la paradoja consiste en que todos los que residen en él, lo sean también totalmente. Nosotros somos varios en formar El Gran Jovialista. Estamos unidos por la Felicidad Absoluta para provocar un majestuoso cambio energético en este planeta.
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La Felicidad Absoluta que reside en mí actualmente, es un estado de ser que muchos de entre nosotros ya compartimos en este planeta, somos una élite benévola, los únicos en tener una verdadera influencia sobre la realidad. Yo llamo a este estado el Gran Jovialista, pero se lo conoce también con nombres diferentes de acuerdo a las distintas culturas y lenguas de este planeta. No es necesario ofenderse puesto que este estado va más allá de las palabras, por lo que también se lo podría describir como: Felicidad-Energía-Libertad-Conciencia. Yo también pude reconocer este estado en Timothy Leary, quien fue mi padre espiritual. Él decía cándidamente: “Yo pienso que soy la persona más feliz que jamás haya existido, y me gustaría en verdad que puedan probarme lo contrario, para que puedan darme su truco”.
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No necesitamos ninguna intervención exterior para estabilizar el estado del Gran Jovialista en todos los humanos. En este campo somos maestros. No se requiere de extraterrestres, ángeles, o ninguna otra forma de existencia que no se encuentre ya aquí mismo. No tienen nada que enseñarnos; nosotros somos sus profesores de Ser. Yo no espero de nadie para ser totalmente; nadie más que mí mismo puede salvarme o ayudarme. Los extraterrestres y los ángeles son la parte más luminosa de mi Ser y cuando vienen hacia mí, disfrazados de esa manera, yo comprendo que toman una forma que me es inteligible. De tanto frecuentarlos, ellos se van deformando poco a poco, se vuelven más sutiles y transparentes, se comunican de forma más directa y, finalmente se funden en mí dentro de mi inmanencia y me revelan mi Ser. No son nada más que mensajeros, un enlace entre mi persona y mi Ser. No les demos más poder del que realmente poseen.
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Los extraterrestres, los seres extradimensionales, los ángeles y todas las otras formas desencarnadas de existencia son muy reales. Sin embargo, se debe dejar de creer que poseen las respuestas a todas nuestras preguntas existenciales y que nos salvarán. Ellos nos observan, algunos son curiosos y atentos, pero no tienen nada que enseñarnos. A lo mucho nos pueden guiar. Son muy sensibles y pueden reenviarnos imágenes de nosotros mismos bastante sorprendentes. Igual que nosotros, ellos son también parte del gran todo: tienen su función como nosotros tenemos la nuestra. Es nuestro Ser lo que les fascina, nuestra densidad, nuestra inteligencia, nuestras emociones. Ellos existen en el plano astral y casi no tienen forma. Son como los animales, las plantas, las nubes, los insectos; son conscientes pero no tienen individualidad como la de nosotros. Forman parte de una inmensa mecánica astral perfecta. La mayoría de seres humanos no los ven y es mejor así, ya que de ese modo pueden ocuparse de sus quehaceres sin ser molestados. No se debe reemplazar a los políticos y a los banqueros por otros opresores, ya es hora de ser soberanos de nuestro Ser y para eso no necesitamos de nadie.
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Todo lo que tenemos por aprender y conocer para ser felices en este planeta ya se encuentra aquí y ahora. La Verdad está recubierta por una fina capa de polvo; basta con soplar vigorosamente y reaparecerá a plena luz. Está ahí, codificada en nuestros textos sagrados, en nuestras filosofías, en nuestros mitos, pero quienes están adormecidos buscan algo muy complicado, imposible de comprender o algo que será hecho por otros, por una raza de seres superiores que vienen para salvarnos de nuestra ignorancia. El ser humano ha existido antes de la historia y continuará a existir después de ella. La historia nos distrae de lo esencial, es lineal, mientras que la realidad no es lineal y a fin de cuentas, no es dual. La historia es la plataforma de lanzamiento hacia la post historia, donde los viajes en el espacio-tiempo serán algo común. Algunos de entre nosotros ya estamos allí, vivimos en copresencia en múltiples realidades paralelas, es el estado del Gran Jovialista, el Despertar, la Iluminación. En el infinito de posibilidades que tengo, la verdad es mi Ser, el centro inmanente de donde emergen el tiempo y el espacio que son mi cuerpo. A todos quienes buscan la verdad yo les digo: ¡regresen a la fuente! Poco importa el camino que escojan, todos llevan a la verdad.
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No escuchemos los consejos de aquellos que no han alcanzado la Felicidad Absoluta; que primero se salven ellos mismos y después piensen en los demás. Nuestros problemas son solamente pretextos para divertirnos, inventar, aprender, gozar y ser geniales. El Gran Jovialista, tal como el Buda chino, se ríe y su risa cósmica regenera el cosmos en su totalidad. Un día podremos ver nuestros desengaños, nuestra barbarie, nuestra estupidez y nos reiremos de nuestra inmadurez. Veremos hasta qué punto necesitábamos complicarlo todo y sufrir. Yo ya me río de eso y no me puedo parar de reír. Yo quiero provocar la más violenta risa loca colectiva jamás vista en este planeta. Ya es tiempo de morir de risa para que renazca el homo ioviālis.
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Extracto de La Felicidad Absoluta