Extracto de La Felicidad Absoluta
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Soy Krishna y Quetzalcóatl. Todo el panteón está disponible para mí como una serie de máscaras que me puedo cambiar a mi antojo; son un estado de ser más que un ser en particular. Jesús fue el primero en alcanzar el estado de Cristo, sin embargo, desde entonces, ese estado es accesible a todos aquellos quienes pueden conectarse a tal estado. Existen miles de Cristos, de Budas, de Krishnas, y al mismo tiempo solamente hay uno. Es un estado fundamental, el estado del despertar. Igualmente, la Felicidad Absoluta, no es una emoción sino un estado de ser. Esta concepción es fundamentalmente opuesta a aquella que divulgan las religiones al hablar de Dios como de un ser exterior al ser humano. Nada es exterior, todo es inmanente.
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Si yo examino literalmente la palabra Bonheur, que significa “felicidad” en francés, el resultado es “bonne heure”, que significa “buena hora” o “buen rato” en el mismo idioma. La mejor forma de estabilizar este estado es pasando un buen momento a cada hora o también, siendo bueno con todos a cada hora de mi vida. Me basta con tener una intención clara. Al principio eso me parecía absurdo ya que nunca había puesto atención a eso, pero, poco a poco una facilidad se instaló, la bondad se volvió un hábito y después un reflejo. De tanto ser bueno yo atraigo a los amigos de mi esencia y me encuentro en situaciones propicias para la expresión de esta virtud.
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Yo me sorprendo con frecuencia cuando reacciono con calma y bondad ante situaciones críticas. Puesto que yo soy quien creo mi propia realidad, también produzco las situaciones críticas; yo llamo a mis verdugos. Es debido a que quiero que ellos sean las herramientas de mi voluntad, que les sonrío y mantengo mi calma. Es también la mejor forma de no enconar la situación. El verdadero responsable es siempre mi Ser y, ya que yo busco inevitablemente la felicidad, todas las experiencias pueden ser sublimadas.
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La Felicidad Absoluta no es de este mundo, sin embargo, impregna a cada electrón. Es intangible, inmaterial y, sin embargo, yo puedo tocarla al ser tan densa. No puedo comprenderla ya que no es dual, únicamente puedo experimentarla. Es lo mismo con Dios; para comprenderlo jamás debo tratar de comprenderlo, sino serlo totalmente. El Dios de las religiones es un buen atractor trascendental y yo lo integro en la inmanencia. Nada es exterior a mí mismo, incluso Dios. El Olimpo es un lugar virtual en mi interior y me es posible visitarlo con mi cuerpo sutil y para ello tan solo me basta con volver a encontrar el camino. Los arquetipos subsisten al ser humano. El tomar conciencia y realizar que son aún más verdaderos que yo mismo es el mejor modo de ser libre de la materia. Ese aspecto de mi Ser es mucho más vivo que todo lo que existe en el nivel físico.
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Para tener un alma se debe hacerla nacer, es necesario desearla, es un acto consciente. Desde luego, incluso los animales tienen un cuerpo sutil y pueden utilizarlo en sus sueños, sin embargo, para tener un alma sería necesario que puedan desearlo conscientemente y después activar esta parte de su Ser. Los delfines, las ballenas y los elefantes pueden hacerlo ya que su cerebro es más grande que el de los humanos. Desde el momento en que yo desperté mi alma, mi percepción de la realidad cambió radicalmente. Yo me comunico directamente con todo, comulgo con el cosmos. Es una línea telefónica interna que me permite tener acceso a la información que está allí potencialmente en permanencia. Yo puedo captar el pensamiento de las personas que apenas conozco, puedo recibir la visita de mis profesores en mis sueños e incluso, a veces, en pleno día. Ellos saben que yo me mantengo a la escucha y ellos pueden perfeccionar mi educación sin tener que desplazarse físicamente. Yo me felicito de haber leído tanto sobre tales temas para poder corroborar mis experiencias personales con aquellos quienes también tienen un alma, ya que mis contemporáneos aún no me son muy útiles en ese dominio. La creencia popular pretende que todos tenemos un alma desde el nacimiento; en efecto, no se equivocan completamente pues su definición de alma es diferente de la mía, que es más específica y precisa. Primero, es necesario construir y afirmar el ego, lo cual toma por lo general 18 años. Una vez que esa plataforma es sólida es posible transcenderla y despertar el cuerpo sutil. Es ese estado de despertar del cuerpo de sueño a lo que yo llamo el alma.
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El aspecto físico representa una parte tan ínfima de la realidad que es risible ver a tanta gente alborotarse por sus posesiones materiales y su dinero. No digo que no se debe pensar en eso, sino más bien que hay que dejar de verlos como una prioridad.
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En ocasiones, tengo discusiones con gente que tienen tan poco contacto con su vida interior, que aquello me estremece y me agota. No me gusta convencer; prefiero discutir e intercambiar pensamientos. Aprendo a mantener mis poderes invisibles, de todas formas, eso solo aumenta su eficacia. Yo atraigo la atención en otros lugares, cual mago, y decididamente opero el milagro.
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Extracto de La Felicidad Absoluta
